En los últimos 40 años, el Derecho ha
sido burdelizado y el estudiante se ha ido convirtiendo, a la par de la
degradación nacional, en alguien que sólo ve en la carrera un “título” más no
la profesión de noble contenido que es, no ven el Derecho como un mecanismo
para impartir justicia dentro de la Nación. Y ni hablar de la “dirigencia”,
compuesta de arribistas sin vocación, sin perfil académico y por sobretodo, sin
la pasión constructiva del político auténtico, pues muchos estudian Derecho
para ser “Políticos”, estas personas están disociados de lo que significa
llevar una toga y hacen un circo barato con interpretaciones hechas a la medida
del escenario que está aconteciendo.
Llevar una Toga representa rigidez,
sabiduría y justicia, pues esta última es la que nosotros como estudiosos del
derecho tratamos llevarla ante el juez y probar la verdad de los hechos
ocurridos, pero lamentablemente hoy esa justicia ya no está, hoy la verdad se
queda en las largas escaleras del tribunal, en los pasillos, pues muchos jueces
y abogados se dejan corromper ante unas migajas de pan, pareciera que eso sea
más importante que lograr la tranquilidad y bienestar de la Nación. Hoy los
Tribunales fungen como los Bufetes de los insignes señores de cuello blanco,
que a conveniencia de los Abanos y charlas de media noche, van buscándole la
palabra a lo ya escrito. Ya vemos que cada día los tribunales son más de
conveniencia que de Derecho. Me preocupa los graduando y los que aún se siguen
forman en las Escuelas de Derecho a lo largo de la República, me preocupan que
no entiendan la importante tarea que asumimos y que nos llevó a permanecer 5
años en las aulas preparándonos cada día y me preocupa por una razón fundada,
“El Derecho para la mayoría de la nueva generación de estudiantes, es visto
como un título más no como el equilibrio de los hombres” puesto que duran una
década para graduarse y cuando ejercen lo hacen por hobbie. Se puede vivir sin
fútbol, sin ebanistería, pero no se puede vivir sin la ciencia, no se puede
vivir sin el Derecho, puesto que el Derecho nos regula a lo largo de nuestras
vidas, nos enseña a como convivir con nuestros semejantes y como conformar el
Estado para la satisfacción social.
No veo un mundo sin Derecho, sería un
mundo sumergido en el caos y la anarquía. Imaginemos que a los ejércitos
(Parafraseando un poco a Ángel Ossorio y Gallardo) sin uniformes, que cada
quien se vistiera como le plazca, quitémosle el uniforme al batallón y quedara
transformado en una horda. Lo mismo pasa con el Derecho, quitemos las leyes y
el Estado quedara transformado en campo de batalla. Nuestra rígida Toga por sí
sola no es una calidad, y cuando no hay calidad verdadera debajo de ella, se
reduce a un disfraz irrisorio. Nuestra Toga tiene para el que la lleva y para
el que la contempla dos significados. Para los primeros, Freno e ilusión; y
para los segundos diferenciación y respeto.
Escribo estas líneas porque espero que
los futuros abogados y los ya graduados respeten nuestra profesión y la ejerzan
con pasión y no con ambición. Pobres de nosotros si no entendemos de esta
manera y no aceptamos a comprender toda la austeridad moral que la toga
significa imponer.
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